Suzanne aseguró que nadie le advirtió que no se bañara con los lentes de contacto puestos, por lo que nunca pensó que algo así le podría ocurrir
Una mujer en Irlanda perdió la vista en un ojo luego de haberse bañado con sus lentes de contacto y alojar un parásito.
La historia de esta enfermera originaria de la localidad de Donabate, le ha dado la vuelta al mundo pues recuerda a los usuarios de este tipo de objetos respetar las indicaciones oftálmicas que se les dan referente a su uso.
Todo comenzó cuando Suzanne Dunne tomó un baño de agua caliente con los lentes de contacto puestos, permitiendo que un parásito llamado Acanthamoeba, cuyo hábitat es el agua, se alojara en el vacío de sus lentes y comenzara a devorar su córnea derecha.
“A las siete y media de la tarde dije que me iba a la cama y luego a la una de la madrugada me desperté y estaba ciega. No sabía lo que estaba sucediendo porque todo lo que veía era negro”, explicó a medios locales la madre de dos niñas de 5 y 8 años.
Suzanne aseguró que nadie le advirtió que no se bañara con los lentes de contacto puestos, por lo que nunca pensó que algo así le podría ocurrir.
“Era como si hubiera burbujas en la superficie de mi ojo, que estaba muy hinchado”, declaró la mujer, que fue llevada al hospital por su esposo.
Al llegar al Hospital Mater, se enteró de que padecía queratitis causada por un parásito llamado Acanthamoeba, que se localiza con frecuencia en cuerpos de agua estancada y que había infectado su córnea.
Según Dunne el dolor era “mucho peor que el trabajo de parto; era como si hubiera fuego en mi ojo y en mi cabeza, y ni siquiera podía lograr hablar con alguien”.
En el hospital, el personal limpió el ojo infectado y le dieron tratamiento para la infección, sin embargo, además de perder la visión en él, tiene una enorme úlcera que no saben cuándo sanará.
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