Bayer compró a Monsanto este año por 63,000 millones de dólares, y este caso es el primero de más de 5,000 demandas similares sobre herbicidas con glifosato de la compañía en todo Estados Unidos
Las acciones de Bayer caían el lunes más de un 10 por ciento después de que un jurado de California ordenara a Monsanto, filial de la compañía alemana, pagar 289 millones de dólares por no advertir sobre los riesgos de cáncer que plantea su principal herbicida.
El caso contra Monsanto, que Bayer compró este año por 63,000 millones de dólares, es el primero de más de 5,000 demandas similares sobre herbicidas con glifosato de la compañía, entre ellos su marca Roundup, en todo Estados Unidos.
Monsanto dijo el viernes que apelaría el veredicto, que es el último episodio de un prolongado debate sobre si la exposición al Roundup puede causar cáncer.
“El veredicto del jurado se contradice con el peso de la evidencia científica, décadas de experiencia en el mundo real y las conclusiones de reguladores de todo el mundo que confirman que el glifosato es seguro y no causa linfoma no Hodgkin”, dijo Bayer en un comunicado, refiriéndose al tipo de cáncer del demandante.
El caso del jardinero escolar Dewayne Johnson, presentado en 2016, fue acelerado para el juicio debido a la gravedad de su linfoma no Hodgkin, un cáncer del sistema linfático que, según alega, fue causado por Roundup y Ranger Pro, otro herbicida con glifosato de Monsanto.
Tras cerrar la adquisición de Monsanto, Bayer solo está a la espera de algunas ventas finales de activos relacionados con la competencia antes de incorporarla a su propia organización. No negoció ningún pago de los accionistas de Monsanto por litigios relacionados con Roundup. Las acciones de Bayer caían un 11 por ciento a 83.04 euros, siendo las de peor comportamiento del índice Stoxx Europe 600.
Los cultivos genéticamente modificados (GM) que resisten el glifosato son una fuente principal de efectivo para Monsanto. Descubiertos por el químico de Monsanto John E. Franz en 1970, los herbicidas de glifosato, libres de patente, son vendidos ya por la industria mundial de protección de cultivos a pesar de la polémica sobre su seguridad.
El fallo judicial estadounidense sorprendió a muchos inversores de Bayer, ya que hasta el momento no se habían presentado pruebas fehacientes de una relación causal con el cáncer.
La agencia oncológica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato en 2015 como “probablemente cancerígeno para los humanos”, pero la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos finalizó en septiembre de 2017 una evaluación que concluyó que el producto no era cancerígeno para los humanos.
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