Agosto y septiembre son los meses ideales para dejar que la gastronomía mexicana se apodere de nuestras cocinas y la fecha idónea para degustar el chile en nogada perfecto
Con el inicio de agosto y septiembre, podemos notar que varios restaurantes celebran con orgullo a uno de los platillos más típicos de la gastronomía mexicana: los chiles en nogada. Sin duda son uno de los iconos de la gastronomía mexicana, con su característico contraste de sabores y aromas dulces y salados; así como la representación de los colores patrios.
Aunque existen muchas variaciones en cuanto a los ingredientes y a las técnicas, por lo general el plato consiste en chiles poblanos asados y pelados, rellenos de un picadillo a base de carne de cerdo, jitomate, cebolla, ajo, frutas de las estación, nueces, almendras, piñones y especias. Las recetas más tradicionales capean los chiles rellenos con huevo batido y los fríen. Para finalizar, se bañan en una salsa a base de nueces de Castilla frescas molidas con queso fresco, azúcar, leche y jerez. Se decoran con granos de granada y hojas de perejil.
Es un platillo que por el tipo de ingredientes que utiliza, sólo se puede preparar durante los meses de agosto y septiembre, ya que la nuez de Castilla y la granadas sólo se dan en esta época. A lo largo de su historia ha sufrido algunas modificaciones, por ejemplo, anteriormente el acitrón (dulce caramelizado de la biznaga) era un ingrediente básico, sin embargo en los últimos años esa cactácea se encuentra en peligro de extinción, por lo que se recomienda utilizar piña confitada.
La historia
Como es común con la mayoría de los platillos típicos, existen muchas versiones relacionadas con el origen de los chiles en nogada. La versión más popular cuenta que fueron inventados por las monjas del convento de Santa Mónica en Puebla, al enterarse que Agustín de Iturbide iba a celebrar su santo, el 28 de agosto, en esta ciudad, después de haber acordado la Independencia de México al firmar los Tratados de Córdoba en la ciudad de Córdoba, Veracruz el 24 de agosto de 1821.
Las monjas agustinas decidieron crear un plato con los tres colores de la bandera del Ejército Trigarante: verde con el chile poblano y el perejil, blanco con la nogada y rojo con la granada. Probablemente escogieron estos ingredientes porque la nuez de Castilla y la granada son ingredientes que se encuentran fácilmente en esta época.
Por otra lado, la historia del escritor Artemio de Valle-Arizpe cuenta que en el ejército Trigarante había tres soldados cuyas novias vivían en Puebla. Emocionadas por la Independencia, y sobre todo porque sus novios regresaban a casa, decidieron crear un platillo para celebrar. Cada una escogió un ingrediente que tuviera los colores de la bandera del ejército, y sin utilizar ninguna receta, le rezaron a la virgen del Rosario y a San Pascual Bailón para que las ayudara en la preparación de la receta que hoy conocemos como chiles en nogada.
¿Usted cuál prefiere?
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