La propuesta política de “El Mijis” va encaminada a la construcción de nuevas actividades de inclusión, donde las personas puedan asumir roles y un estatus social diferente
Él es Pedro César Carrizales Becerra, mejor conocido por el apodo de “El Mijis”, quien fue electo en estas elecciones del 1 de julio como diputado local en San Luis Potosí.
En redes sociales ha circulado información que indica que “El mijis” estuvo en prisión y tiene antecedentes penales por uso de armas de fuego, robo y allanamiento de morada. Una historia promedio de delincuencia juvenil en nuestro país. Sin embargo, los ojos de la sociedad entera se han volcado hacia él tras haber sido electo este 1 de julio como diputado en San Luis Potosí.
Actualmente es el encargado de dirigir el “Movimiento Popular Juvenil”, dedicado desde hace 16 años a encausar a jóvenes en situación de calle, reivindicar sus derechos y luchar contra la discriminación de la que son objeto todos los días en sus comunidades. Hoy su asociación está formada por jóvenes de más de 200 pandillas de todo el estado de San Luis Potosí.
También es el responsable de la disminución de la violencia en el estado al hacerse responsable de pactos de paz entre pandillas criminales que habían tenido rivalidades desde años atrás.
El objetivo de su asociación está enfocado en visibilizar a los jóvenes excluidos y discriminados por su apariencia y por la zona en donde viven, así como para combatir la exclusión social de comunidades marginadas.
Su propuesta política va encaminada a la construcción de nuevas actividades de inclusión, donde las personas puedan asumir roles y un estatus social diferente, recomponer el tejido social y trabajar en un auténtico proceso de transformación.
“He pasado por muchas cosas, tuve una infancia y juventud difíciles, que gracias a Dios salí adelante con ayuda de mis familiares y buenos amigos. Y si llegué hasta aquí es por que me cansé de ver como por ser un chico banda la ciudadanía discrimina a estos jóvenes”, explica en sus redes sociales.
El movimiento al que actualmente pertenecen 240 pandillas, pretende acabar con la discriminación hacia los jóvenes por su ropa, sus tatuajes, la zona en la que viven, además de erradicar la violencia cultural, brutalidad policiaca.
Parte de su trabajo se ha enfocado en dar opciones de autoempleo a los “chicos banda” con programas como “Pintando tu cantón”, en el que se les da la oportunidad de trabajar en casas de su distrito.
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