El yoga es una práctica física, mental y espiritual de tradición antigua, que se originó en la India, simbolizando la unión del cuerpo y la mente, y actualmente el número de seguidores es cada vez mayor en todo el mundo
El yoga es una disciplina india tradicional, a la vez espiritual y corporal, que se practica en el mundo entero y que está inscrita desde 2016 en el patrimonio inmaterial de la humanidad.
La palabra yoga viene del sánscrito y significa “unir”, lo que, según el historiador Bernard Sergent, ilustra bien la idea que subyace de la disciplina: “unir en un mismo atelaje” el intelecto del que practica, al “alma universal”del mundo, y la noción sobre su práctica aparece en textos muy antiguos como el Bhagavad-Gîtâ, texto fundamental del hinduismo, escrito entre el V y el II siglo antes de nuestra era.
Es “la clave del hinduismo”, estimó la especialista de India Tara Michael. Se basa en “la toma de conciencia del carácter insatisfactorio de la condición humana”, explica en su libro “Yoga”. Aparece como una forma de trascender el sufrimiento.
En los diccionarios modernos occidentales, es una “disciplina físico-mental” que apunta a “obtener mayor eficacia en el dominio del cuerpo y la concentración anímica” (definición del diccionario de la Real Academia Española).
El yoga de hoy, “de consumo corriente (…) no es otra cosa que una gimnasia de buena salud”, resume Tara Michael. Cualquiera “con flexibilidad física, energía y un poco de labia puede improvisarse en seis meses ‘profesor de yoga’”.
Así, comenzó a hacerse conocer en Occidente a fines del siglo XIX. En ese mismo momento la disciplina se reinventaba en India, movimiento impulsado por el maestro del hinduismo moderno Swami Vivekananda (1863-1902).
Contrariamente a lo que se cree, la importancia dada a las posturas y series “no es de hace varios milenios” sino es un “desarrollo reciente”, subraya la especialista india Sita Reddy en el libro “Yoga, el arte de la transformación”, siendo hasta la primera mitad del siglo XX que aparecen libros en Occidente que registran y detallan las posturas.
En los años 1960 y 1970, la fascinación de los íconos de la contracultura por la metafísica india, ilustrada por la relación de los Beatles con el gurú indio Maharishi Mahesh populariza el yoga como práctica espiritual.
Por el contrario, en los años 1980 y 1990 surge una práctica “más profana” y el “yoga de posturas basado en métodos atléticos y dinámicos” tiende a imponerse en Occidente, destaca el investigador británico Mark Singleton.
Es difícil censar con fiabilidad la cantidad de personas que practican el yoga en el mundo, pero los estudios muestran sus beneficios contra la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño (más eficaz que una simple actividad física pero menos que una psicoterapia). El yoga fue considerado en diciembre de 2016 dentro del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
El primer ministro indio, Narendra Modi, hizo del yoga desde que llegó al poder en 2014 un instrumento de la influencia de India en el mundo, lo que impulsó que la ONU adoptara una resolución en diciembre de 2014 que hace del 21 de junio el Día Internacional del Yoga.
?♀️ En el #DíaDelYoga mira cómo esta práctica contribuye a lograr los #ObjetivosMundiales de salud y bienestar para todos: https://t.co/yJ8vP9IbNB ?♂️ pic.twitter.com/ELt9vjMUGM
— Naciones Unidas (@ONU_es) 21 de junio de 2018
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