La policía de Alemania frustró una trama del terrorismo islámico para llevar a cabo un ataque con ricino, una de las sustancias tóxicas más letales, que hasta ahora no se había asociado al extremismo de este tipo
Las autoridades de Alemania frustraron una trama extremista islamista para atentar con ricino, una sustancia tóxica mortal, según dijo el jueves la Fiscalía del país.
Un tunecino de 29 años identificado como Sief Allah H., que fue detenido el miércoles, empezó a mediados de mayo a adquirir a través de internet materiales como las semillas necesarias para crear ricino, según dijo la Fiscalía federal.
Este mes logró producir la toxina, que los investigadores encontraron en un registro en su apartamento de Colonia, indicó la fiscalía federal de Karlsruhe en un comunicado, sin indicar que existieran indicios sobre un posible lugar o una determinada fecha en la que se llevaría a cabo dicho ataque.
“Consiguió 1,000 semillas de ricino en Internet, así como un molinillo electrónico”, añadió el comunicado. La parte exterior de la semilla de esta planta es muy venenosa y puede utilizarse para extraer la sustancia tóxica.
Aún se está investigando cómo pretendía utilizar la toxina, aunque según las autoridades trabajaba en un ataque con “un arma biológica” en Alemania.
La fiscalía dijo no tener pruebas por el momento que relacionaran al detenido con ninguna organización extremista.
Las autoridades no hicieron comentarios sobre un reporte de la prensa sobre que el espionaje estadounidense había alertado a los investigadores alemanes, y el cual indicaba que el detenido vivía en el barrio de Chorweiler, en Colonia, con su esposa y sus cuatro hijos.
Además que, el tunecino había entrado en Alemania en noviembre de 2016, supuestamente siguió instrucciones para fabricar una bomba de ricino que había subido a internet el grupo extremista Estado Islámico.
El prestigioso Instituto Robert Koch de Berlín (RKI) calificó la ricina -que se extrae de las semillas de ricino- como un “potencial agente de guerra biológica”. El comercio y la manipulación de esta sustancia están limitados por la Convención de Armas Químicas de 1997, y una reducida concentración de ricina puede resultar mortal. En caso de que se inyecte, precisan desde el RKI, puede provocar la muerte en una franja de tan solo 36 o 48 horas.
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