Los Holcombe perdieron a su hijo, su nieto, su bisnieta de 17 meses y otros seis parientes en el tiroteo registrado el 5 de noviembre de 2017
Claryce y Joe Holcombe, familiares de nueve personas que murieron en el tiroteo registrado en noviembre pasado en la iglesia bautista de la comunidad de Sutherland Springs, Texas, interpusieron una demanda contra el gobierno de Estados Unidos al cual acusan de negligencia.
Los deudos, cuyas víctimas mortales pertenecían todas a su familia, argumentan que la Fuerza Aérea de Estados Unidos no informó sobre las sentencias que el tirador Devin Patrick Kelley, había recibido por violencia doméstica.
Estos hechos, registrados en una base nacional de datos sobre delitos, habrían imposibilitado al agresor a comprar las armas con las cuales desencadenó la matanza.
El agresor, quien perteneció a la milicia estadounidense, contaba con un historial criminal resguardado en la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), como lo exigen las normas del Pentágono, por lo que la Fuerza Aérea reconoció su error por omitir estos datos.
Los Holcombe perdieron a su hijo, su nieto, su bisnieta de 17 meses y otros seis parientes en el tiroteo registrado el 5 de noviembre de 2017.
“Sólo queremos que la Fuerza Aérea actúe y se organice”, dijo Joe Holcombe. “No pueden corregir este error. Ya está hecho. Pero pueden arreglarlo para que no suceda en el futuro”.
La familia Holcombe es una de varias familias que presentaron quejas formales contra el gobierno federal después del tiroteo.
Debido a que el gobierno no respondió ni ofreció un acuerdo en un plazo de seis meses, los Holcombe tienen derecho a presentar una demanda con base en la Ley Federal de Demandas por Agravios, que permite a los ciudadanos solicitar daños y perjuicios en casos limitados si pueden demostrar una negligencia directa por parte de las autoridades.
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