En un día soleado, el príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II y sexto en la línea de sucesión a la corona británica, llegó a la capilla de San Jorge del castillo de Windsor.
La boda real más esperada del año por fín se ha realizado. Desde muy temprano miles de medios de comunicación y otros miles de testigos se posaron en las afueras del castillo de Windsor, para presenciar el enlace entre el hijo mejor de la princesa Diana y la ex actriz estadounidense.
En un día soleado, el príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II y sexto en la línea de sucesión a la corona británica, llegó a la capilla de San Jorge del castillo de Windsor vestido con su uniforme militar, y acompañado por su hermano, el duque de Cambridge, quien fungió como el padrino y el encargado de llevar a los anillos que se intercambió la pareja.
Megan Markle arribó a la capilla de San Jorge a bordo de en un Rolls-Royce desde el hotel de cinco estrellas ubicado en la Casa Clividen, donde la exactriz pasó su última noche de soltera.
Markle, de 36 años, se encontraba sentada en el asiento trasero del vehículo luciendo un velo sobre el rostro y acompañada por su madre, Doria Ragland, quien fue revelada por el príncipe Carlos, encargado de llevar hasta el altar a la novia.
Con un elegante vestido blanco y velo sujetado con una tiara, que fue diseñado por la británica Clare Waight Keller, de la casa francesa Givenchy, Markle bajó del automóvil, donde le esperaba Enrique, vestido con el uniforme del regimiento de caballería “Blues & Royals”.
La prometida de Enrique entró sola en la capilla acompañada por diez niños que hacen de damas de honor y pajes, entre ellos el príncipe Jorge y la princesa Carlota, hijos de los duques de Cambridge, hasta que el príncipe Carlos la tomó del brazo para conducirla hasta el altar.
Luego de recibirla con una radiante sonrisa, el príncipe Harry descubrió el velo de Meghan mientras le decía “Luces increíble, soy un hombre afortunado”.
El arzobispo de Canterbury casó a los ahora duques de Sussex después de que el primado de la Iglesia Episcopaliana de Estados Unidos, Michael Curry, pronunciara una apasionado discurso sobre el poder del amor para “ayudar y curar”.
“Hay poder en el amor. El amor puede ayudar y curar cuando nada más puede hacerlo”, dijo el reverendo afroamericano, antes de hacer reír a la congregación al afirmar que dos jóvenes se enamoran y todos nos presentamos en la capilla.
La ceremonia fue oficiada por el deán de Windsor, el reverendo David Conner, mientras que Welby los casó.
Los novios intercambiaron los votos matrimoniales y los anillos ante una congregación de 600 personas, entre ellas miembros de la familia real británica y personalidades del mundo del espectáculo.
A la salida de la capilla miles de personas congregadas los vitoreaban, hasta que finalmente se dio el ansiado beso que llenó de alegría los corazones de los presentes.
Al finalizar la ceremonia, los ahora duques de Sussex, como serán conocidos, dieron una paseo en carreta abierta para saludar a todas las personas que los ovacionaban.
Contenido relacionado
El protocolo señala que para la boda real, Harry y Meghan deben cumplir estas 7 reglas