“No soy una mala persona”, dijo Alfred tras relatar dónde conoció a su víctima
La policía de Austria arrestó al ciudadano austriaco Alfred U. acusado de asesinar y descuartizar a una prostituta eslovaca luego de encontrar las partes del cuerpo de la mujer en su casa en la ciudad de Eisenstadt. El hombre de 63 años confesó que guardó sus partes para comérselas en el futuro, pues confesó ser un caníbal.
“Tenía la intención de probarla en una fecha posterior”, explicó el acusado a las autoridades. Además, el hombre contó a la policía austríaca cómo realizó el crimen. Primero cortó el cuerpo en pedazos con un cuchillo y una sierra en la bañera de su casa en Viena, luego trituró las entrañas para hacerlas pequeñas y las metió a un congelador. Una vez destrozó el cuerpo, el criminal llevó las partes a su choza en el lago Neusiedl, donde arrojó las partes al lago quedándose solo con las entrañas.
Harald Brenner, investigador de la policía, señaló que el asesino trató de dar una falsa pista para ocultar su crimen. Cuando las autoridades encontraron rastros del ADN que lo vinculaban al crimen, el austriaco realizó su confesión.
“No soy una mala persona”, dijo Alfred U., quien contó que conoció a su víctima en una estación ferroviaria de Viena. Él y la mujer fueron a su casa para mantener relaciones sexuales, y confesó que no esperaba asesinarla, pero al experimentar el rechazo de la mujer a sus peticiones y al ver que esta comenzó a gritar la asesinó. “No pude soportar esos gritos, tuve que estrangularla para silenciarla”, añadió.
El expediente del criminal dice que pasó 32 años en prisión y que fue liberado en 2016 luego de que dos psiquiatras lo consideraran inofensivo. “No soy una mala persona. Solo quería que las mujeres me amaran, pero no me trataron bien”, puntualizó el criminal.
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