Los ejércitos de las dos Coreas comenzaron a retirar las torres de altavoces de propaganda que tienen instaladas en la zona fronteriza, según lo acordado por Seúl y Pyongyang en la cumbre del viernes
Las dos Coreas comenzaron a desmantelar el martes los altavoces que emiten propaganda a lo largo de su fortificada frontera, dijo el Ministerio de Defensa en Seúl, completando un compromiso tomado en la histórica cumbre que mantuvieron los líderes de los dos países la semana pasada.
La medida es el primer paso concreto -aunque pequeño- hacia la reconciliación, después de un encuentro el viernes entre el presidente surcoreano Moon Jae-in y el líder norcoreano Kim Jong Un.
En tanto, Moon pidió ayuda a Naciones Unidas para verificar el cierre programado del sitio de prueba nuclear Punggye-ri en Corea del Norte, en una conversación telefónica el martes con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, indicó un comunicado de la Casa Azul presidencial.
Guterres dijo que los pedidos requerían aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, pero añadió que quería cooperar para forjar la paz en la Península de Corea y que asignaría un funcionario de Naciones Unidas a cargo de control de armas para colaborar con Corea del Sur, indicó el comunicado.
Días antes de la cumbre del viernes, Corea del Norte sorprendió al mundo al declarar que desmantelaría el sitio para “garantizar de manera transparente” su fuerte compromiso con el fin de todas las pruebas nucleares y de misiles. Punggye-ri, donde Pyongyang ha realizado sus seis pruebas, es un sistema de túneles debajo del Monte Mantap en la región noreste del país.
Algunos expertos e investigadores han especulado que el lanzamiento más reciente -y por lejos más grande- de septiembre ha dejado totalmente inutilizable el lugar. Pero Kim dijo que había dos túneles adicionales que seguían “en muy buen estado”.
Junto a la frontera, Corea del Sur comenzó en la tarde del martes a quitar sus altavoces, dijo un funcionario del área de Defensa. La actividad en varios puntos fronterizos indicaba que los norcoreanos estaban haciendo lo mismo, agregó.
Durante décadas, con pocos descansos, ambas partes han emitido propaganda desde los altavoces como una forma de guerra psicológica. Seúl transmitía noticias, canciones pop surcoreanas y críticas al régimen del norte, mientras Pyongyang criticaba al Gobierno del sur y elogiaba su propio sistema socialista.
Las señales de buena voluntad entre las Coreas se dan en momentos en que crece la expectativa por un histórico encuentro entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que la esperada cumbre podría ser en tres o cuatro semanas.
Trump tuiteó el lunes que la Casa de la Paz en la zona desmilitarizada, donde se reunieron Moon y Kim, sería una excelente opción. Pero un alto funcionario estadounidense dijo que Singapur sigue siendo la alternativa más probable.
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