El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha dado un ultimátum a los secuestradores de los comunicadores para dar pruebas de vida en menos de 12 horas. “Ya basta de contemplaciones”, declaró.
La desaparición de tres periodistas colombianos que cubrían la tensión militar que se vive en la región de Mataje, frontera de Ecuador, el pasado 26 de marzo, ha provocado una intensa movilización y búsqueda por parte de los gobiernos de ambos países quienes han declarado que se tomarán acciones contundentes en contra de los secuestradores.
El secuestro del periodista Javier Ortega, de 36 años; el fotógrafo Paúl Rivas, de 45, y el conductor Efraín Segarra, de 60, todos miembros del diario El Comercio de Colombia, ocurrió cuando los comunicadores cruzaron un retén militar en el sector de Mataje en la provincia de Esmeraldas, en el norte del país, pese a las advertencias de no avanzar hacia espacio colombiano.
Actualmente la zona se encuentra en un conflicto armado tras la detonación de artefactos explosivos en objetivos militares por parte de grupos armados vinculados con la delincuencia y el narcotráfico, y en donde ya habían muerto tres soldados ecuatorianos en un atentado, el primero en 20 años donde murieron a causa de fuego enemigo.
Tras la desaparición de los periodistas, el ministro ecuatoriano del Interior, César Navas, informó que el gobierno de su país activó todos los protocolos de seguridad y de investigación, “a fin de precautelar (prevenir, impedir riesgo a) la integridad de los ciudadanos colombianos”.
Dos días después, el 28 de marzo, cuando los periodistas llevaban cerca de 55 horas retenidos, el diario El Tiempo de Bogotá había informado sobre la supuesta liberación de los tres hombres, sin embargo, los Ministros de Defensa e Interior de Ecuador dijeron que no tenían información sobre ninguna liberación, y que la noticia era falsa.
Si bien la información que existe sobre el caso es escasa y, en muchos momentos, contradictoria; hasta el momento se sabe que los periodistas fueron privados de su libertad ya que el martes 3 de abril, la cadena colombiana RCN difundió un video donde aparecen los tres hombres vivos y encadenados en algún punto de la selva en la frontera entre Ecuador y Colombia.
De inmediato, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, pidió a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, acciones contundentes por parte de su gobierno para enfrentar a los delincuentes.
“Ya basta de contemplaciones (…) acciones contundentes, no podemos dejar que ellos nos impongan sus reglas”, declaró en una conferencia de prensa en el aeropuerto de Quito, tras haber vuelto desde Lima luego de revelarse unas presuntas fotografías de los periodistas asesinados.
El presidente Moreno manifestó su indignación y dio un plazo de 12 horas para que los secuestradores den pruebas de vida, y advirtió que si no hay pruebas, irán a buscar a los comunicadores con todos sus medios a su alcance, y aseveró “Vamos a darles la lucha en el escenario que ellos han escogido, en el campo que ellos han escogido los vamos a derrotar”.
El ultimátum empieza a correr desde el momento del pronunciamiento de Moreno, a las 10:48 pm del jueves.
Estoy poniendo mis mejores esfuerzos. Nos faltan Paúl, Javier y Efraín y los queremos de vuelta inmediatamente. pic.twitter.com/8lE4NhyQ5A
— Lenín Moreno (@Lenin) 5 de abril de 2018
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró en su cuenta de Twitter, que el gobierno de Quito cuenta con todo su apoyo para la localización de los connacionales.
“Hablé con el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y le reiteré que tiene y tendrá todo mi apoyo, el de nuestras Fuerzas Armadas y del pueblo colombiano”, escribió.
Hablé con el presidente de Ecuador, @Lenin Moreno, y le reiteré que tiene y tendrá todo mi apoyo, el de nuestras Fuerzas Armadas y del pueblo colombiano.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 13 de abril de 2018
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