Viacrucis se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura
El viacrucis o vía crucis, en latín: “camino de la cruz” es una de las devociones o prácticas de oración más extendidas entre los cristianos. Refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.
También conocido como “estaciones de la cruz” y “vía dolorosa”, se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario. Pero hay algunos lugares en el mundo, donde la representación de este viacrucis, es verdaderamente extremo. Sus participantes llegan a grados de dolor muy fuertes, que en algún momento, han causado estragos en su cuerpo y su salud.
Filipinas
Cada año, creyentes en el norte de Filipinas, se clavan de verdad en las cruces de madera. Es una de las representaciones más sangrientas que llama la atención tanto de locales como de extranjeros.
La Pasión de Iztapalapa
Esta es una tradición mexicana en Semana Santa. Desde hace más de 170 años, millones de personas han rememorado la pasión de Cristo en el Cerro de la Estrella de Iztapalapa.
Los actores protagónicos en la representación de los últimos días de la vida de Jesucristo, se preparan por casi un año. Deben ser buenos hijos, hermanos, vecinos y ciudadanos, ser célibes y sin pareja sentimental.
Obtener el papel de Jesús no es sencillo. Entre los requisitos está ser oriundo de la delegación y estar en buena condición física, lo que se debe demostrar ante los jueces.
Todos los villanos en la representación son rociados con agua bendita constantemente. Barrabás, Judas, Pedro, Poncio Pilatos y los judíos luchan por partida doble, contra las supersticiones y el odio de los espectadores fanáticos que les gritan insultos y les avientan objetos.
Taxco, Guerrero
Durante toda la semana, en las calles de este Pueblo Mágico se llevan a cabo procesiones que dan muestra de la fe.
El Martes Santo se lleva a cabo una de las más concurridas de México: la Procesión de las Ánimas, en ella participan los fieles que llevan el rostro cubierto con un capucha negra y un faldón. Caminan descalzos con los tobillos encadenados uno al otro y llevan en la espalda un rollo de 144 varas de zarzas con espinas que llega a pesar hasta 50 kilos y que lacera su cuello hasta sangrar.
Por su parte, los flagelantes llevan en brazos una cruz de madera de hasta seis kilogramos de peso, un rosario y una especie de fuete con las que se auto flagelan la espalda durante todo el recorrido hasta provocar el sangrado.
San Vicente, España
En España también es muy fuerte la celebración de la Semana Santa.
En la localidad de San Vicente de la Sonsierra se practica una tradición peculiar que desde el siglo XI donde los participantes, conocidos como “los picaos”.
Durante las procesiones, cada disciplinante, elegirá en que momento desea realizar la ofrenda, momento en el que se arrodillará, rezará una oración y tras ponerse en pie, su acompañante le retirará la capa y le dejará la espalda al descubierto. Con una madeja de algodón sujeta con ambas manos, irá propinándose golpes secos en la espalda, al arremeterla fuertemente por encima de los hombros, cada vez por un lado del cuello de forma rítmica.
El acompañante y el práctico (persona encargada de aliviar las heridas) decidirán cuando debe dejar de golpearse, al empezar a ver pequeños hematomas. No hay un tiempo estipulado, pero suele ser entre diez y veinte minutos, conllevando hasta mil golpes. El práctico “picará” tres veces ambos lados de la zona lumbar de la espalda, mediante un utensilio denominado “esponja“, que consiste en una bola de cera virgen con seis cristales incrustados de dos en dos, por lo que recibirá doce pinchazos simbolizando el número de apóstoles. Tras esto el disciplinante se golpeará unas pocas veces, para que la sangre que pueda haberse acumulado en la zona, pueda escapar y así evitar problemas posteriores.
Contenido relacionado