Roma y el Vaticano amanecieron totalmente cubiertas por una nevada bajo los efectos de la tormenta Burian que incluso ha provocado el cierre de escuelas y universidades en la capital de Italia
Los romanos se despertaron el lunes ante una nevada poco habitual, después de que una tormenta procedente del Ártico pasara sobre buen parte de Europa dejando nieve suficiente como para forzar el cierre de escuelas y limitar los servicios de transporte público.
El clima mediterráneo de Roma y su cercanía con el mar suele producir inviernos suaves, en los que los restaurantes a menudo mantienen las zonas de terraza incluso en los meses más fríos del año. Por tanto, la nevada del lunes, aunque no gigantesca en su volumen, entusiasmó a los jóvenes romanos, que pudieron librar batallas de bolas de nieve o pasear sobre el manto blanco.
La ola de frío siberiano, que han llamado Burian, llegó ayer a Italia provocando copiosas nevadas en el norte y un frío intenso que ha llegado hasta los 20 grados bajo cero en algunas localidades y hoy alcanzó el centro del país y Roma, donde no nevaba con tanta intensidad desde 2012.
Unos días antes, las previsiones ya anunciaban nieve para este lunes 26 de febrero. El domingo 25, el Ayuntamiento de la capital de Italia puso en marcha los diversos planes de protección, por lo que la alcaldesa, Virginia Raggi, firmó una ordenanza el domingo por la noche decretando el cierre de escuelas públicas como precaución, y muchos centros públicos hicieron lo mismo. También en buena parte del norte y el centro de Italia, la tormenta provocó cierre de escuelas y afectó a los transportes.
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