Los zapatos que el público ya puede apreciar en el Museo del Calzado son los que Frida portó durante las tareas de rescate luego de los sismos del año pasado, así como en Ecuador, Haití, Guatemala, entre muchos otros lugares
La perra rescatista Frida, quien en septiembre pasado se convirtió en un símbolo de solidaridad y orgullo por su participación en los rescates tras los sismos, donó este viernes al Museo de Calzado El Borcegui las botas especiales que ha utilizado.
La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) también entregó a este recinto, único en su tipo en Latinoamérica, las botas de Israel Arauz Salinas, manejador que ha acompañado a la perrita en más de tres años.
Los zapatos que el público ya puede apreciar en el Museo del Calzado son los que Frida portó durante las tareas de rescate luego de los sismos del año pasado, así como en Ecuador, Haití, Guatemala, entre muchos otros lugares.
“Es el primer calzado no humano que recibimos en este museo con una ilusión terrible porque, para mí, tienen mucho más valor sentimental que las mismas botas lunares, puesto que detrás de este animal, de su entrenador, dice muchismas cosas, porque no hay como salvar una vida”, dijo María Teresa Ballina, directora del Museo.
El capitán de Fragata, Israel Monterde Cervantes, en representación de la secretaría, destacó que es un orgullo que estas piezas formen parte del museo.
Las botas están hechas a la medida de las patas de Frida para que se ajusten de manera correcta y no le molesten al caminar; la suela es de material muy resistente y flexible, ya que la protege las patas y le permite la flexibilidad necesaria para poder caminar.
Además, el calzado de Frida es antiderrapante en superficies lisas como mármol o mosaico y son aislantes eléctricas que evitan que al tener contacto con agua o cables con energía eléctrica pueda sufrir una descarga.
Foto: Excélsior
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