El tiempo nos dirá si el mundo seguirá teniendo a uno de los presidentes estadounidenses con los peores niveles de popularidad en la historia del vecino del norte.
El chiste que se convirtió en presidente sigue despachando desde el escritorio Resolute. Y no sólo eso, ha empezado su segundo año de mandato con una agenda que seguirá siendo un dolor de cabeza para muchos. El magnate, el excéntrico, el misógino y el hombre que gusta despachar desde la cancillería del Twitter más que desde la Oficina Oval, tiene claros sus objetivos entre los cuales México seguirá presente para bien o para mal.
A decir de Sarah Sanders, secretaria de prensa de la Casa Blanca, este segundo año de mandato, Trump y su gabinete seguirán cabildeando con China y demás países sobre la necesidad de cambiar los objetivos económicos de Corea del Norte con la esperanza de que la nación de Kim Jong-un modifique sus políticas de armamento nuclear.
En territorio estadounidense, el magnate mantendrá su política de deshacer cuan proyecto haya creado Barack Obama. Entre ellos está el rechazar y remplazar la ley de salud mejor conocida como el Obamacare. Aunado al futuro de los Dreamers, en donde el Congreso tendrá hasta marzo para definir el futuro de estos jóvenes, en una cámara en donde Demócratas y Republicanos negociarán los deseos de Trump a pesar de que muchos en su partido no concuerdan con él.
También se habla de importantes reformas en bienestar, migración, infraestructura y seguridad. Este último punto de alta prioridad para el multimillonario, quien ha aprovechado los ataques terroristas en su país para legitimizar los cambios en la cadena de migración, las políticas de visado y por supuesto más dólares aplicados en seguridad nacional, programas de inteligencia, medidas para combatir amenazas terroristas, vigilancia y espionaje en general.
A esto habrá que sumarle las elecciones intermedias que tendrán ocupados a los legisladores en sus Estados más que en el Congreso, el tema de la intromisión de Rusia en el proceso electoral y por supuesto el TLCAN y las mil y un formas que Trump ya tiene pensado sobre cómo los mexicanos pagaremos el mentado muro fronterizo.
Así el panorama para este segundo año de mandato. El segundo de 4 o el segundo de 8 años con el gringo que cambia al mundo cada vez que se despierta y toma su celular. Un mandato en donde las apuestas siguen en la mesa. Algunos dicen que terminará, otros que se divorciará y los más agresivos que no concluirá su gobierno por voluntad, enfermedad o muerte. Al final, el tiempo nos dirá si el mundo seguirá teniendo a uno de los presidentes estadounidenses con los peores niveles de popularidad en la historia del vecino del norte.
EN EL CAJÓN: Quizá muchos no lo sepan, pero Donald Trump no toma alcohol debido a que su hermano murió a consecuencia de esta adicción en 1982. Padece misofobia, miedo a la suciedad, contaminación y gérmenes. Y los muros siempre han sido lo suyo, pues es una medida que ha aplicado para hacer su voluntad en más de uno de sus lujosos campos de golf alrededor del mundo, en donde sí, siempre busca cómo enviar la factura por este gasto a sus competidores.