Se cumple un año de la tragedia en el Colegio Americano de Monterrey. Asociaciones, expertos y el propio estado reconocen que se ha hecho poco por atender la salud mental de los menores
Hace un año se vivió una tragedia en el Colegio Americano de Monterrey: un joven estudiante de secundaria disparó en su salón de clases contra su maestra y compañeros.
A un año de los trágicos sucesos, Luis Fernando Ramírez González, una de las víctimas del tiroteo, ve con optimismo el futuro, sueña con convertirse en guionista y director de cine y llevar su historia a la pantalla grande.
Luis Fernando continúa yendo a terapias físicas, cognitivas y de aprendizaje, mismas que le han ayudado a hablar y caminar.
Actualmente, Luis Fernando tiene 15 años y ve como algo lejano ese día que marcó no sólo la vida de sus protagonistas, sino también el de la sociedad mexicana que se vio golpeada por la violencia y el uso de armas en un lugar que todos pensamos que es seguro, el salón de clases.
Los hechos
El 18 de enero de 2017 en el Colegio Americano del Noreste, mientras la maestra Cecilia Solís Flores recogía los cuadernos para revisar la tarea de sus alumnos de tercer grado, Federico, de 15 años, sacó un arma calibre 22 que llevaba en su mochila, se levantó y disparó contra la profesora y otros tres compañeros de su grupo. Después, cargó la pistola nuevamente y la accionó contra sí mismo.
El menor no perdió la vida ahí, fue llevado grave al hospital Christus Muguerza Obispado de altas especialidades, donde horas más tarde fue declarado con muerte cerebral y desconectado. Sus órganos fueron donados por su familia.
La maestra Cecy, de 24 años, también quedó herida de gravedad y fue atendida en el Hospital Universitario, donde se le mantuvo con vida poco más de dos meses y con leves signos de recuperación, pero el 29 de marzo murió.
Tres alumnos resultaron heridos: Manuel, Ana Cecilia y Luis Fernando.
Manuel fue dado de alta un día después del ataque, ya que sólo resultó herido en un brazo. Ana Cecilia sufrió un disparo en la cabeza y fue atendida en el hospital Christus Muguerza Sur, donde logró una recuperación calificada como milagrosa y fue dada de alta el 25 de febrero, 38 días después de la agresión.
En tanto, Luis Fernando recibió un balazo en el cráneo y fue atendido en el Hospital Universitario, donde permaneció 56 días internado y el 15 de marzo fue dado de alta para continuar su rehabilitación en su casa. Su lesión le causó daño neurológico y afectó su capacidad motriz, por lo que debe movilizarse en silla de ruedas.
¿Qué se ha hecho al respecto?
Asociaciones, expertos y el propio estado reconocen que se ha hecho poco por atender la salud mental de los menores y por ende, de reconocer el riesgo de que miles de jóvenes “exploten” realizando actos violentos o de odio dentro o fuera de los planteles educativos.
La Secretaría de Educación informó que apenas se tienen 76 psicólogos, esto es, un especialista en salud mental para cada 84 escuelas.
Los Operativos Mochila resurgieron a los pocos días, pero lo cierto es que, a decir de maestros, inspectores y supervisores de diferentes zonas, la aplicación del mismo no es frecuente y tampoco supervisada por la Secretaría de Educación.
Expertos en Psicología aseguran que la atención emocional debiera ser obligatoria si se quieren evitar tragedias, pues señalan, el desarrollo no es nada más educativo o intelectual, sino también emocional.
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