De acuerdo con las tradiciones, las posadas están dedicadas a conmemorar el peregrinar de José y María en Belén y en nuestro país se empezaron a celebrar desde tiempos de la Colonia.
Lunes 18 de diciembre, día de la tercer posada de este año… ¿Qué tanto conocen sobre ellas? Porque déjenme decirles que son mucho más que armar la fiesta entre los cuates que no se han visto en todo el año, ¿eh? Sigan leyendo y entérense.
De acuerdo con las tradiciones, las posadas están dedicadas a conmemorar el peregrinar de José y María en Belén y en nuestro país se empezaron a celebrar desde tiempos de la Colonia. En varios de Latinoamérica se les conoce como Novenas.
Según el relato tradicional, José, acompañado de María, caminó desde la ciudad de Nazareth a Belén para cumplir con sus obligaciones fiscales. Nueve días fueron los que les tomó arribar a su destino. Al llegar, María estaba a punto de dar a luz a su hijo Jesús. Al ser rechazados en varios lugares, tuvieron que refugiarse en un establo que unas personas les habían ofrecido. A este pasaje se le conoce como las posadas y se conmemoran en varios países del mundo católico durante los nueve días anteriores a la Nochebuena.
Remontándonos a los inicios de estas festividades, aparece la época precolombina, cuando los frailes evangelizadores se dieron a la tarea de inculcar la veneración a Cristo como única deidad. De esta manera, los frailes agustinos instituyeron en 1517, las llamadas 9 Misas de Aguinaldo en el Virreinato de la Nueva España, que se realizaban en el atrio de las iglesias en los días que precedían a la Navidad, incluyendo representaciones de escenas de la natividad de Cristo, y se concluían con festejos y cantos, todo con la finalidad de facilitar la sustitución de la figura del dios Mexica por Cristo.
Con el paso del tiempo, estas celebraciones dejaron las iglesias para arraigarse en los hogares de la gente, comenzaron a remplazar la liturgia con peregrinaciones alabando el nacimiento de Cristo en cantos populares como símbolo del fenómeno de la fusión de culturas que caracteriza al país.
Es precisamente después de la Independencia de México que comenzó a estilarse que cada colonia organizara festejos incluyendo a todos los vecinos durante los nueve días antes de Navidad, en los que casa por casa se iba pidiendo posada cargando las imágenes de José y María, como ellos lo hicieran cuando Cristo iba a nacer, de acuerdo a la creencia católica.
En el México de la actualidad, las noches de diciembre todavía albergan los diálogos cantados por vecinos que fungen como peregrinos alumbrados por veladoras, pidiendo posada y esperando el afable desenlace en que se les permita pasar, para poder disfrutar del caliente ponche de frutas y de la piñata, momentos que guardan la esencia social de las Posadas, y que continúan representando un motivo de júbilo para el corazón mexicano que las celebra.