Conocido como el caso de La Manada, por el nombre del grupo de WhatsApp que reunía a los cinco amigos, el proceso ha conmocionado al país en un contexto global por la denuncia del acoso sexual.
La madrugada del pasado 7 de julio de 2016, durante las internacionalmente famosas fiestas de San Fermín de Pamplona, cinco amigos procedentes de Sevilla presuntamente violaron a una joven de 19 años en el portal de una vivienda. El grupo, apodado ‘la Manada’, fue detenido al amanecer. El caso, que estas semanas se juzga en los tribunales, ha sacudido al país, donde se han celebrado manifestaciones de apoyo a la víctima bajo el lema ‘Yo sí te creo’ en varias ciudades.
La presunta agresión sexual que, según los acusados, fue consentida, incluyó felaciones y penetraciones. Al terminar, le robaron el teléfono móvil a la joven. Los miembros de ‘la Manada’ grabaron el episodio en seis videos que duran un total de 96 segundos. Toda la instrucción del caso ha girado en torno a esas imágenes.
La semana pasada las partes se dedicaron a analizar los videos durante cinco horas. Según el informe de la policía, la chica mantuvo una actitud “pasiva y neutra”, no fue participativa y sus movimientos fueron “dirigidos y/o controlados” por los presuntos agresores. Según la defensa, esos mismos videos demuestran que la relación sexual fue consensuada, aunque interrogado sobre cómo mostró la joven que deseaba mantener relaciones, uno de los acusados no supo qué contestar.
Una de las razones por las que centenares de mujeres han salido a las calles gritando “la manada somos nosotras” es la decisión del juez de admitir como prueba un informe que analizaba el comportamiento de la joven tras los hechos y que fue elaborado por un detective contratado por uno de los abogados de la defensa para seguirla y tratar de demostrar que no estaba traumatizada por el incidente. Entre otros elementos, el documento destacaba una publicación “de carácter festivo” que la mujer hizo en redes sociales (se etiquetó en una fotografía de Instagram donde aparecía un maniquí con la frase “Hagas lo que hagas, ponte bragas”).
La fiscalía está pidiendo condenas de 22 años y 10 meses para cada uno de los cincos acusados y una indemnización de 100.000 euros (que podrían llegar a 250.000) por agresión sexual, contra la intimidad e incluso robo con violencia, ya que a la joven le sustrajeron el celular “por avaricia”, confirmó el acusado Antonio Manuel Guerrero, el guardia civil del grupo.
Pesan sobre ellos cargos por los delitos de agresión sexual, un delito contra la íntimidad de la víctima (por grabar la presunta agresión con el celular) y por el robo del teléfono de la joven.Los acusados han permanecido en prisión desde que fueron detenidos en julio de 2016 porque, según un jurado de Navarra, todos incurren en “riesgo de fuga” y “reiteración delictiva”.
Hoy, 28 de noviembre, es el último día de juicio, por lo que se decidirá si son condenados o absueltos.
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