Un exsargento del Ejército de Estados Unidos fue sentenciado a 16 años de prisión tras declararse culpable de haber vendido docenas de rifles de asalto que terminaron en posesión de narcotraficantes mexicanos.
Esta semana, el sargento del ejército estadounidense, Julian Prezas, de 37 años, y quien fungía como reclutador del ejército en San Antonio, compareció ante el juez de distrito estadounidense Orlando García en el mismo estado, declarándose culpable de cinco cargos al hacer una declaración falsa durante la compra de armas de fuego y por un cargo más por intentar exportar de manera ilegal artículos de defensa hacia México.
Según reveló la Fiscalía, el caso fue investigado conjuntamente por la Oficina de Alcohol, Armas y Explosivos de Tabaco de Estados Unidos y las Investigaciones de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, por lo que el imputado deberá cumplir una condena de 16 años y 8 meses en prisión federal.
Autoridades federales informaron que Prezas admitió haber conspirado con otras personas entre abril y agosto de 2015 para comprar de manera ilegal más de 40 rifles de asalto.
Prezas era el comprador real de las armas, aunque sus coacusados, otros exsoldados del ejército indicaron falsamente en su formulario de adquisición que estaban comprando las armas de fuego para ellos.
El exsargento entregaba luego los rifles, a veces cuando vestía el uniforme militar y en un vehículo del gobierno, a varias personas, una de las cuales las entregaba a supuestos traficantes de drogas.
A principios de este año otros tres soldados más, Thomas John Zamudio, de 33 años, Ricardo Esparza Salazar, de 47, y Christopher Brown, de 32, se declararon culpables de los cargos de compra y recibieron un período de prueba de dos años.
“Es muy preocupante que un miembro del ejército de los Estados Unidos violó flagrantemente las leyes federales de armas de fuego y contrató a otros tres militares en un esquema de compra de paja”, dijo el agente especial de la ATF a cargo Fred Milanowski. “Este acusado era muy consciente de que las armas de fuego estaban destinadas al Cártel del Golfo en México. Si bien esto puede ser raro, la sentencia envía un mensaje claro de que nadie está exento de obedecer la ley”.
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