Una estimación muy preliminar habla de 10 mil millones de pesos y tres años para avanzar en los trabajos de reconstrucción.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, señaló que el número de inmuebles históricos, arqueológicos y de valor cultural pasaron de mil 500 a mil 821 sitios, lo cual representa un trabajo descomunal para el que “no estábamos preparados”, reconoció.
Los bienes, expuso, están concentrados en 11 estados, en tres de ellos hay unos 30 inmuebles afectados y en los ocho restantes se ubican unos 80 en cada caso. Los más afectados, dijo, son Puebla, Oaxaca, Morelos y el Estado México.
En el marco de la inauguración del programa Académico de la V Mesa Redonda del Mayab, incluida en el programa del VI Festival Internacional de la Cultura Maya (FIC Maya), el funcionario destacó que ya comenzaron las acciones emergentes e inmediatas, que irán avanzando durante los próximos tres años.
En un censo que clasifica los daños en severos, moderados y menores, que dio a conocer la Secretaría de Cultura, se informa que un 15 por ciento de los recintos detectados sufrieron colapsos parciales o mayoritarios; un 66 por ciento tienen afectaciones moderadas (fracturas y daños estructurales menores); mientras que el 17 o 18 por ciento tienen deterioros menores que no comprometen la estructura y estabilidad de los inmuebles.
Sobre si existe un presupuesto estimado para la recuperación de estos espacios, Diego Prieto recordó que hay una estimación “muy preliminar” en la que se habla de unos 10 mil millones de pesos, que se ajustará conforme vayan avanzando los trabajos, que se estima tomarán unos tres años.
Explicó que el monto no alcanza a ser cubierto por el Fonden; sin embargo, el INAH cuenta con un seguro que ampara daños a monumentos históricos e inmuebles de interés para el instituto. “Estamos trabajando con los ajustadores para hacer una valoración objetiva, además hay el apoyo de fondos y fundaciones como la de Carlos Slim y Alfredo Harp”, señaló.
También, dijo, se están en pláticas con el fondo que tiene la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y otros organismos, que no necesariamente aportarán recursos monetarios, sino las capacidades estratégicas para acometer las restauraciones más complejas.
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