Mientras que el presidente Enrique Peña Nieto espera una reasignación de gastos para 2018, se da a conocer que la cifra preliminar para la reconstrucción de las zonas afectadas por los temblores, será de al menos 2 mil millones de dólares
El costo preliminar de la reconstrucción en México tras dos devastadores sismos este mes ronda los 2,000 millones de dólares, según cifras reportadas el miércoles por el Gobierno, mientras que el presidente espera una reasignación de gastos para el próximo año cuando inicie la discusión del presupuesto.
Unas 150,000 viviendas resultaron dañadas y 250,000 personas perdieron sus hogares en varias partes del país a causa de dos potentes terremotos, uno el 7 y el otro el 19 de septiembre, que han dejado al menos 435 muertos.
El presidente Enrique Peña Nieto dijo que se requerirán 13,000 millones de pesos para reparar escuelas; 16,500 millones de pesos para arreglar viviendas parcial o totalmente dañadas, y unos 8,000 millones de pesos para la reconstrucción de infraestructura cultural.
Mientras que el primer sismo del mes, que ha tenido miles de réplicas, golpeó especialmente a los estados sureños Oaxaca y Chiapas, el segundo causó los mayores estragos en el centro del país, cebándose en la capital, Ciudad de México, así como en Puebla, Morelos y el Estado de México.
Peña expresó además que espera una reasignación de gastos cuando inicien en octubre las discusiones en el Congreso del proyecto de presupuesto del año próximo, que envió su gobierno.
Ello porque los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que suman 6,036 millones de pesos para este año, “no son infinitos y tienen limitantes”, según el mandatario.
Algunas firmas independientes han cifrado las pérdidas causadas por el más reciente sismo entre 4,000 y 8,000 millones de dólares, así como un impacto para el crecimiento económico del tercer trimestre, aunque menos fuerte para todo el año.
Tras el fenómeno del 19 de septiembre pasado, analistas hacen un comparativo con lo vivido en 1985 el impacto será infinitamente menor, el frenazo de la actividad económica del día a día en las zonas más afectadas pasará factura al PIB del país, eso al menos en el corto plazo.
Aunque aún es es muy pronto para sacar conclusiones al respecto, expertos señalan que todas ellas son mucho menos negativas de lo que los primeros augurios parecían indicar, porque en 1985 México se encontraba a la mitad de una severa crisis económica y las autoridades no contaban con fondos de contingencia que les permitieran afrontar el desastre.
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