Un grupo de madres de alumnos del Centro Educativo Franciscano San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires en Argentina, ha desatado la polémica por alegrarse de que un niño que padecía el síndrome de Asperger, trastorno del espectro autista, fuera apartado de sus compañeros.
Una de las madres, Cristina Peduzzi, asegura que el chico enfermo padece dificultades en la interacción social y que a veces se comportaba con agresividad, atacando a sus compañeros, a los que incluso “les tiraba tijeras”. De esta forma la mujer justifica los comentarios que, tanto ella como otras madres, dejaron en un chat de WhatsApp cuando se enteraron que el niño había sido desplazado y que se viralizaron después a través de las capturas de pantallas de estos mensajes.
Peduzzi considera que la decisión de apartar al niño del colegio fue “un alivio” para sus compañeros de clase y sostiene que no se trata de ninguna discriminación, ya que ella misma asegura haber invitado al chico al último cumpleaños de su hijo. Asimismo, la mujer condena la “mala intención” de la persona que decidió “hacer público algo privado”, en referencia a las capturas de pantalla de los mensajes donde las madres aplaudieron la noticia.
Las polémicas tomas han recibido la respuesta y condena de Paola Giaco, la madre del menor, expresando a los medios locales que “si esa es la reacción que tuvieron, ¿qué es lo que le están transmitiendo a sus hijos?”.
Según ella, después de que se anunciara la decisión, su hijo se negó a ir a la escuela “porque no acepta el cambio” y, además, “se puso muy mal” porque echa de menos a sus antiguos compañeros. “El chat de los padres me dio vergüenza ajena”, afirma Giaco, añadiendo que ninguna de las madres pidió disculpas por su conducta. “En vez de aceptar que se equivocaron con el festejo, quieren justificarlo”, lamentó la mujer.
Paralelamente, en la Red han surgido numerosos comentarios de internautas que critican la reacción de las madres y sus comentarios contradictorios.