Las turbias aguas de las inundaciones provocadas por Harvey suponen importantes peligros para la seguridad de las personas y el medio ambiente, incluso después de que hayan remitido lo suficiente para que los residentes en el suroeste de Texas no teman por sus vidas, según expertos.
Houston ya tenía un historial de desbordamientos del alcantarillado tras el paso de tormentas. Ahora, el sistema compuesto por 40 plantas de tratamiento de aguas residuales repartidas por toda la metrópolis, enfrenta un desafío sin precedentes.
Según funcionarios estatales, se reportaron varias docenas de vertidos de aguas fecales en zonas afectadas por el huracán, incluyendo Corpus Christi. Los sistemas de fosas sépticas privadas en zonas rurales podría fallar también.
En esas aguas estancadas se mezclan fugas de combustible, restos procedentes de vertederos, pesticidas para pastos y contaminantes de las muchas refinerías de petróleo y plantas químicas de la región.
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos anunció el domingo que de los 2,300 sistemas de agua corriente contactados por reguladores federales y estatales, 1.514 estaban completamente operativos. Más de 160 emitieron avisos a la población para hervir el agua antes de beberla, y otros 50 fueron clausurados.
El departamento de Obras Públicas de Houston, la cuarta mayor ciudad del país, dijo que era seguro beber su agua corriente. El sistema no ha sufrido el tipo de caída de presión que facilita que las sustancias contaminantes entren al sistema, que suele ser la razón por la que se ordena hervir el agua, señaló el portavoz, Gary Norman.
La principal preocupación de funcionarios medioambientales federales y estatales era la disponibilidad de agua potable saludable y “asegurar que los sistemas de gestión de residuos están siendo controlados, que se prueba su seguridad y se gestionan adecuadamente”, según un comunicado emitido el jueves.
Recalcando que dos tercios de las aproximadamente 2,400 plantas de tratamiento de aguas residuales de los condados afectados por Harvey están totalmente operativos. Se están controlando las instalaciones donde se reportaron fugas y se enviarán equipos para ayudar a los operadores a reiniciar los sistemas, agregaron.
Las plantas de tratamientos de residuos son especialmente vulnerables durante las tormentas fuertes porque están ubicadas cerca de vías de agua a las que pueden arrojar las aguas sin tratar, señaló Robin Autenrieth, directora del departamento de ingeniería civil de la Texas A&M University. Cuando se anegan, los residuos sin tratar o tratados parcialmente pueden salirse de las tuberías, vasijas al aire libre y tanques.