Harvey perdió fuerza hasta convertirse en un huracán de categoría 1 durante su lento avance hacia el interior de Texas desde la costa del Golfo de México. El meteoro dejó más de 22 centímetros de lluvia en el sur del estado.
El meteoro más potente que golpea Estados Unidos en más de una década tocó tierra el viernes por la noche a unos 48 kilómetros (30 millas) al noreste de Corpus Christi como un huracán de categoría 4, con vientos de más de 210 kilómetros por hora (130 millas por hora).
Previamente, el presidente Donald Trump declaró el estado de catástrofe natural en Texas, lo que permite acelerar la ayuda federal a las zonas más afectadas.
Con el meteoro ya encima, decenas de miles de personas huían mientras Harvey se enfilaba hacia un área de Texas que incluye refinerías, plantas químicas y la ciudad de Houston, la 4ta más grande del país.
Aunque por el momento no se anunció la existencia de víctimas mortales, funcionarios señalaron que los equipos de emergencias no pudieron salir en muchas localidades debido a los fuertes vientos. Melissa Munguia, coordinadora adjunta de emergencias del condado de Nueces, donde está Corpus Christi, dijo que podrían pasar varias horas más antes de que los equipos puedan evaluar por completo los daños en las comunidades costeras.
Harvey llegó a tierra como el huracán más poderoso en golpear a Estados Unidos en 13 años y el más intenso en azotar Texas desde el huracán Carla en 1961, el de mayor poder en el estado del que se tenga registro. Según lo que indica la presión atmosférica, Harvey empata como el 18vo huracán más fuerte que llega al país desde 1851 y el noveno más poderoso en Texas.