La pandemia incrementó un sector llamado “desesperanzados laborales”, es decir, población no económicamente activa disponible para trabajar de lo que se ofrezca
La pérdida de empleo a causa del confinamiento por la pandemia de Covid-19 impactó con mayor fuerza en las mujeres en edad económicamente activas, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con la Encuesta sobre el Impacto del Covid-19 en el Mercado Laboral elaborada por el Instituto, durante abril, 15 millones 674 mil 196 personas de 18 años y más no tenían empleo, esto es 32.3% de la fuerza laboral potencial adulta del país.
De éstas, nueve millones 392 mil 877 fueron mujeres, 43.1% de la fuerza laboral femenina adulta, mientras que seis millones 281 mil 319 fueron hombres, 23.5% de la población masculina económicamente activa.
Sin embargo, la pandemia ha impactado más a la población no económicamente activa que ha dejado de buscar un empleo, pero que está deseosa de laborar, los llamados “desesperanzados laborales”, cuya cifra ascendió a 13 millones 613 mil 258 personas, sector del cual 60.7% fueron mujeres.
Del total de los desesperanzados, 87.1%, es decir 11 millones 858 mil personas, no buscaron un empleo por causa del covid-19. De esta última población, 41.4% fueron hombres y el restante 58.6% fueron mujeres.
Con esto, la tasa de desempleo abierta total fue de 4.3% de la fuerza laboral potencial. Para los hombres fue de 3.5% y para las mujeres fue 5.2 por ciento.
La mayor parte de esta desocupación ocasionada por la pandemia se observó en la población no económicamente activa disponible para trabajar, que es aquella que no está buscando activamente un empleo pero que está dispuesta a tomar uno si se lo ofrecen, razón por lo que se le denomina como “desempleo disfrazado” o “desesperanzados laborales”.
Con información de Excélsior
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