El retraso en el crecimiento infantil alcanza 27. 6 por ciento en los territorios con alto rezago
En América Latina y el Caribe 51 por ciento de la población, es decir más de 329 millones de personas, padece de una o más formas de malnutrición.
Aunado a ello el hambre en la región volvió aumentar en los últimos años, y se espera que en futuro con el Covid-19 ello se acentúe.
Hoy diversas agencias de la ONU y agrupaciones civiles presentaron el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2020, que analiza el sobrepeso infantil y el retraso en el crecimiento infantil.
Según el informe, el sobrepeso infantil en los territorios altamente rezagados de la región es dos veces mayor que en los territorios sin rezago: 13.1 por ciento versus 6.6 por ciento. El retraso en el crecimiento infantil alcanza 27. 6 por ciento en los territorios con alto rezago, y sólo 11.9 por ciento en los no rezagados.
“Los promedios nacionales esconden las desigualdades territoriales. En cada país tenemos lugares que han alcanzado muy buenos estándares, y otros donde las condiciones son muy graves. Es fundamental que los países enfoquen sus esfuerzos y canalicen recursos a los territorios rezagados, con soluciones a medida de cada uno de ellos”, dijo Julio Berdegué, representante Regional de la FAO.
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Uno de cada cinco territorios analizados por el Panorama sufre rezago en ambos indicadores: estos territorios suelen ser rurales, con altos niveles de pobreza y con alta presencia de población indígena y afrodescendiente.
“El Panorama confirma la urgente necesidad de invertir en las áreas rurales y en agricultura familiar. Primero, porque las zonas y poblaciones rurales son las más afectadas por los problemas de malnutrición. Y segundo, porque para la región, donde el costo de una dieta saludable es el más elevado del mundo, es clave promover sistemas alimentarios que favorezcan el acceso a alimentos nutritivos, diversos y asequibles, lo que sólo puede hacerse apoyando la agricultura familiar”, dijo Rossana Polastri, directora del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para América Latina y el Caribe.
La FAO expuso hoy que la región vive una rápida transición nutricional, entre 200O y 2014 en hambre se redujo en un 50 por ciento pero ha vuelto a aumentar en más de 13 millones de personas a partir de entonces.
El sobrepeso y obesidad daño han parado de crecer y ya afectan a 60 por ciento de los adultos, un total de 262 millones de personas, y más de cuatro millones de niños.
Alertó que son una grave amenaza las enfermedades crónicas, las cuales están relacionadas a la mala alimentación, el sobrepeso y la obesidad. Estas son la principal causa de muerte a nivel mundial.
Esta realidad se relaciona con los cambios en los sistemas alimentarios vividos en las últimas décadas. La oferta de productos altamente procesados ha creció enormemente sustituyendo en muchos casos a los alimentos saludable.
Las personas con menos recursos enfrentan problemas para acceder a dietas sanas. La conjunción de esos factores ha llevado a una crisis nutricional.
Esta crisis puede ser una enorme oportunidad para transitar hacia una nueva agricultura, una mejor ganadería y formas novedosas de utilizar los recursos forestales y pesqueros, consideró la FAO.
Para ello se requiere acciones globales y por eso la ONU convocó a todos los países a la primera cumbre de sistemas alimentarios en 2021.
Se requiere avanzar hacia sistemas alimentarios sostenibles que proporcionen alimentos saludables y accesibles.
En tal sentido la FAO propone una agenda de dos ejes. El primero busca garantizar una mayor oferta y acceso físico a dietas diversificadas y nutritivas, y para eso hay que aumentar la producción de alimentos de forma sostenible, tales como frutas, verduras, legumbres, pescados y mariscos. Para ello se requiere apoyar a pequeños y medianos productores.
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AFG