300 mil pescadores ribereños de las costas del país se verán afectados
La mala gestión de la pesca en México está llevando al colapso al 43 por ciento de las especies pesqueras que se consumen en el país, por lo que sin políticas de restauración, en pocos años especies como el mero o huachinango no volverán a su plato, lo que afectará a los cerca de 300 mil pescadores ribereños de las costas del país, alerta la Auditoría Pesquera 2.0 realizada por Oceana.
“Los expertos han determinado que 43 por ciento de las especies pesqueras, esto es cuatro de 10 están deterioradas por sobreexplotación, por deterioro de ecosistemas, por contaminación, por pesca ilegal. La realidad es que cuatro de 10 están en condiciones graves de deterioro y no hay acciones para su recuperación”, señaló Esteban García-Peña, director de Campañas en Pesquerías de Oceana.
La Auditoría Pesquera 2.0 revela que la mayor parte de la actividad pesquera en México es dirigida de manera inadecuada. (Omar Franco) Al presentar los resultados de la auditoría, García-Peña sostuvo que “se sigue pescando a ciegas”, ya que en el sector hay opacidad y desinformación y las autoridades siguen desobedeciendo el marco legal, al no actualizar la Carta Nacional Pesquera, “algo muy grave a pesar del deterioro de la pesca es que hay ausencia de manejo y restauración de especies, es urgente recuperarlas, sino de qué vamos a vivir”, expresó.
En conferencia virtual expuso que solo una de cada cuatro pesquerías del país tiene plan de manejo, el resto se hace con permisos que se otorgan sin criterios que determinen que tan sanas o afectadas están las pesquerías, por lo que se estiman pérdidas anuales por hasta mil millones de pesos.
La mala gestión de la pesca en México está llevando al colapso al 43 por ciento de las especies pesqueras. (Omar Franco) Asimismo, destacó que en México hay 735 especies comerciales con potencial de explotación pesquera, pero el gobierno se concentra en especies como atún, sardina y camarón, desdeñando las otras 368 especies de escama que existen en la carta nacional pesquera que concentran el mayor número de permisos, embarcaciones y puestos de trabajo, de los que dependen más de 300 mil pescadores ribereños o artesanales y sus familias.
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“Ponen nueve de cada 10 peces nacionales en el plato, si usted come un mero, huachinango, cabrilla, un jurel que son pescados de excelente calidad, vino de pesca artesanal y es una pesquería clave por es la única que se lleva a cabo en los 17 estados costeros”. Pero la situación de abandono conlleva un riesgo y recae sobre los pescadores ribereños, dijo, ya que cada vez es más difícil para los pescadores, lo que implica mayor gasto en combustible y mayor riesgo. Solo una de cada cuatro pesquerías del país tiene plan de manejo.
“Ahora tienen que ir más lejos, arriesgan su vida, arriesgan recursos; 2019, fue un año en el que la productividad del mero fue su peor año histórico, su mínimo volumen, tanto que la mitad de la flota no salió, evitó poner combustible, o reparar la lancha, porque ‘me sale más caro que lo que voy a sacar’, y cómo se va a solucionar, con una política de restauración”, indicó.
Por ello, la organización propone un nuevo paradigma en la medición y gestión de las pesquerías de este país, a través de un índice de importancia social de las pesquerías, “que no solamente mide el volumen sino que tome en cuenta el número de permisos, embarcaciones, los empleos que generan y el impacto en la seguridad alimentaria de los pescadores y la sociedad en general, dijo Esteban García-Peña.
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AFG