La RAE se ha visto involucrada en diversas controversias, la más reciente fue la discusión del lenguaje inclusivo
La Real Academia Española de la Lengua, se dedica a la planificación lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática dentro y entre los diversos territorios.
Fue una iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, y los ilustrados que se reunían en su casa en 1713, fue rápidamente puesta bajo el «amparo y real protección» del rey Felipe V, y creada oficialmente el 3 de octubre de 1714.
Se constituyó, como la Accademia de la Crusca italiana y la Académie Française, con el propósito de preservar y establecer la pureza de la lengua nacional, el español o castellano, objetivo que se resume en su lema: «Limpia, fija y da esplendor», que se establece en el prólogo de su primera producción editorial, el Diccionario deAutoridades, el cual fue publicado en seis tomos, el primero de los cuales apareció el 30 de abril de 1726 y el último en 1739, obra que tiene un precedente en el Tesoro de la lengua española o castellana de Sebastián de Covarrubias, de 1611.
El propósito de los académicos era «combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma, y fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI», según cuentan en la historia que la propia institución ofrece al público en su página corporativa.
La acción de la Academia se limitó, en un principio, a España, pero vistos los desarrollos históricos posteriores al sigo XVIII, con las independencias de los países hispanoamericanos y la ampliación del campo del castellano hacia el norte por las sucesivas oleadas migratorias, se hizo necesario alterar esa política inicial, se crearon academias relacionadas en todas las nuevas naciones y, finalmente, vincularon sus actividades de modo tal que en «los últimos años, la Real Academia Española y las veintiuna Academias de América y Filipinas que con ella integran la Asociación de Academias de la Lengua Española vienen desarrollando una política lingüística que implica la colaboración de todas ellas, en pie de igualdad y como ejercicio de una responsabilidad común, en las obras que sustentan y deben expresar la unidad de nuestro idioma en su rica variedad: el Diccionario, la Gramática y la Ortografía».
El artículo, primero de los actuales Estatutos, dice que la Academia «tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».
La Academia tiene su sede en un edificio de la calle Felipe IV de Madrid, construido a tal fin por el arquitecto Aguado de la Sierra e inaugurado el 1894 por la regente María Cristina y el rey Alfonso XIII.
En la historia, la Real Academia se ha visto involucrado en diversas controversias, la más reciente en la discusión sobre la incorporación de la letra “e” para eliminar al masculino a la hora de nombrar a las personas de manera genérica.
Organizaciones civiles propusieron cambiar la terminación de las palabras, por ejemplo “chicos” por “chiques” o “compañeros” por “compañeres”.
Santiago Muñóz Machado, actual director de la RAE, se pronunció acerca del debate del lenguaje inclusivo,
“Es un asunto que ahora mismo se está tratando en todos los países hispanohablantes. Y razonablemente porque forma parte de la lucha por la igualdad entre el hombre y la mujer”, dijo Machado.
Y agregó: “Es más bien una consecuencia de siglos, de mucho tiempo, no tenemos nada que decir sobre esto porque no tenemos habitualmente nada que decir sobre las novedades que se producen en el español cuando son asumidas por el pueblo. La Academia no modifica las prácticas del pueblo, lo único que hace es corregirlas”.
La RAE concluyó que la “e” deberá primero ganar la calle de los países hispanohablantes, antes de pretender ganar las aulas. Puede que sea cuestión de tiempo o que el español para muchos, nunca termine de incluirnos a todes.
Contenido relacionado
Mahatma Gandhi el “alma grande” que luchó por la paz
EAS