El presidente brasileño Jair Bolsonaro, escéptico del cambio climático, es partidario de abrir las áreas protegidas de la mayor selva tropical del mundo
La deforestación en la Amazonía brasileña, la mayor selva tropical del mundo, aumentó 85, 3 por ciento en 2019 en relación al año anterior, según datos satelitales del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) divulgadas.
El INPE, un organismo público de referencia para medir la deforestación, observó que -entre enero y diciembre de 2019- el área con alertas de deforestación fue de 9.166 km². Esta cifra es la mayor desde 2015 y casi dobla a la registrada en 2018 (4.946 km²).
Aunque la situación no llegó a ser tan grave como en 2017 -cuando se registró un récord de 107.439 focos de fuego- 2019 fue el tercer año con mayor número de incendios forestales en la Amazonía desde que el INPE comenzó a contabilizar los focos de fuego con la ayuda de imágenes de satélite en 1998.
2019 es también el primer año en el poder de Jair Bolsonaro, un escéptico del cambio climático, partidario de abrir las áreas protegidas de la rica Amazonía brasileña.
A mediados del año pasado, el mandatario ultraderechista fue blanco de las críticas de parte de la comunidad internacional por el alarmante aumento de los incendios en la Amazonía, atribuidos por los expertos al avance de la deforestación.
Bolsonaro defiende la explotación de los recursos naturales del mayor bosque tropical del mundo y ha condenado en repetidas ocasiones el “ecologismo extremista” de las ONG.
Esto llevó a que líderes como su homólogo francés, Emmanuel Macron, criticaran fuertemente la posición del mandatario brasileño, que se vio obligado a enviar militares para ayudar a los bomberos a combatir el fuego.
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